A partir de los 30 o 35 años, es la edad ideal para iniciar los cuidados cosmético-dermatológicos preventivos, ya que a ésta edad aproximadamente, la mujer actual está a tope. Cumple un rol fundamental dentro de la sociedad, en sus distintos ámbitos pues estudia, trabaja y hasta quizás esté embarazada o ya tenga una familia.
Pero hay algo que todas sabemos...
La estética cobra una particular importancia, brindándonos seguridad y confianza en nosotras mismas.
Pero también puede ser que NO sepamos...
Que la piel va cambiando sus necesidades “básicas" segun distintos factores y suele ocurrir que auto-cataloguemos por costumbre el tipo de piel que tenemos.
Si bien es cierto que la piel que hemos tenido siempre no va a cambiar inmediatamente, lo que SÍ debemos tener en cuenta es que según pasan los años sus necesidades actuales pueden haber variado.
Múltiples factores inciden en la estructura y el estado de la piel:
- Como puede ser la época del año con sus variaciones de temperatura y humedad asociados a los cambios de nuestro organismo, en especial factores de tipo hormonal o también hereditarios.
- El estilo de vida y sus hábitos alimenticios.
- El estrés también incide directamente en nuestra estabilidad emocional y la piel del cutis nos lo hace notar todos los días.
Cada uno por separado o todos ellos asociados dan signos en nuestra piel que delatan cierto disconfort. Por ello debemos prestar atención a esos pequeños avisos
que, atendidos prematuramente, hace que cambiemos oportunamente por un mejor estilo de vida y
alimentación saludable, pero también eligiendo un producto cosmético adecuado a la situación actual de nuestro cutis.
Si tienes dudas de cuál es el cosmético más acertado o cuáles son las necesidades de tu piel, actualmente existen reconocidos comercios de cosmética o perfumerías que brindan servicios gratuitos y que analizan la piel utilizando el DERMATOSCOPIO o DERMOSCOPIO. Donde sus consejeras de belleza te asesorarán sobre qué productos se adaptan mejor a tus necesidades.
EL DERMOSCOPIO, ¿QUÉ ES?
Es un instrumento óptico capaz de captar la imagen de la superficie de la piel ampliándola hasta 100 veces. Ofrece una perfecta imagen de alta resolución y permite observar en profundidad todos los detalles y matices del análisis.
¿QUÉ HACE?
Reconoce los distintos tipos de piel para aplicar el cuidado más adecuado y mejorar su aspecto. Muestra el estado y comportamiento de la piel en el mismo momento.
Se captan detalles que a simple vista podrían pasar desapercibidos.
Evidencia la necesidad e importancia sobre los hábitos cosméticos (por ejemplo con qué periodicidad podemos utilizar una crema exfoliante) para mejorar el aspecto de la piel permitiendo una mayor comprensión de los beneficios inmediatos y futuros que aporta la cosmética.
PARÁMETRO DE OBSERVACIÓN
(rostro, cuerpo, manos, cabello)
Permite observar: Poros dilatados, piel descamada, manchas, alteraciones de la microcirculación, líneas de expresión, arrugas, flacidez, marcas o señales, puntos negros y blancos, exceso de vello y nivel de intolerancia
Actualmente contamos con muchas posibilidades de estar más bellas cada día, sólo debemos saber ver las pequeñas señales....
