La piel es el reflejo de nuestro estado de salud pero también de nuestra edad, por esto debemos evitar un envejecimiento prematuro, siendo de vital importancia realizar dietas adecuadas que se complementen con los cuidados cosméticos que le damos diariamente a nuestra piel.
Este aspecto debe reforzarse al máximo en verano, por el efecto dañino de la extensa y a veces prolongada exposición al sol y los rayos ultravioleta, como así también al cloro de las piscinas.
Primeramente, debemos cuidar que nuestro organismo esté correctamente hidratado, bebiendo mucha agua o zumos de frutas, facilitando así la eliminación de las toxinas acumuladas.
Los expertos en nutrición sugieren promover nuestra belleza desde el interior, con nutrientes dermoprotectores, para estar siempre seguras de lucir esplendidas.
Éstos son:
Carotenoides y Vitamina A:
Un nutriente foto-protector por excelencia es el betacaroteno, que esta presente en las capas mas superficiales de la piel, pero disminuye sus valores con la exposición solar. Para compensar su déficit debemos comer:
Frutas y hortalizas de colores anaranjados, rojizos y amarillos, como ser: melocotón, melón de pulpa amarilla-naranja, zanahoria, boniato, calabaza y mango.
Sin olvidar las endivias, espinacas, lechuga y brócoli como verduras verdes.
Vitamina C:
Trabaja conjuntamente con las enzimas que fijan la estructura d
El colágeno, que es el responsable de dar firmeza y tersura a la piel.
¿Como notamos que estamos en déficit de vitamina C? pues nuestra piel esta mas frágil con tendencia a lesiones cutáneas, granos, queratosis o protuberancias. Tendríamos facilidad para hacer hematomas y se ralentizaría la curación de las heridas.
Esta carencia se previene muy fácilmente comiendo verduras y frutas frescas, como ser frutos rojos (moras, arandanos, grosellas, fresas o frambuesas) además de cítricos, pimientos y perejil.
Microorganismos probioticos, los Lactobacilos.
Aunque actúan en la inmunidad de la mucosa intestinal, indirectamente regulan la respuesta alergica en casos de eccemas, dermatitis atopica, soriasis. Pero como hay distintas cepas, un especialista es el indicado para decidir cual corresponde y la dosis adecuada.
Ácidos grasos Omega-3
Fundamentalmente se ocupan de la inmunidad bloqueando los procesos inflamatorios de la piel como: eccemas, dermatitis, rojeces y las reacciones alérgicas o de hipersenciblidad por exposición al sol, muy comunes en verano.
Estamos protegidos si adicionamos a nuestra dieta veraniega el consumo de marisco bien fresco, además de pescados azules (sardina, bonito, atún y anchoas).
El secreto para tener una piel joven, tersa e hidratada es naturalmente, comer sano y balanceado, con esto nuestra piel agradecida nos compensara.
